miércoles, 28 de octubre de 2015

7 razones por las que es fundamental combinar educación y deporte

 
El beneficio de practicar deportes en la escuela se extiende mucho más allá de un mejor estado físico, ya que puede tener un fuerte impacto en el aprendizaje y la socialización.
 
Ya sea fútbol, basketball o atletismo, la actividad física es un vehículo para enseñar a los estudiantes habilidades y valores que los acompañarán toda la vida, de manera entretenida y saludable.  
Según comenta al periódico El Tiempo Rodrigo Sandoval, coordinador de deportes de la Universidad de los Andes, “El deporte es una herramienta para la formación, desarrollo y mejoramiento de las capacidades físicas de una persona y para el manejo adecuado de sí mismo en su entorno, permitiendo la interacción de los aspectos sociales, emocionales y físicos del bienestar humano.
A continuación, te acercamos algunos de los motivos por los que es importante incluir el deporte en la educación:
1. Estimula la integración social
Ya lo decía la escritora Karen Blixen: “Lo mejor de mi naturaleza se revela en el juego, y el juego es sagrado.” El juego es una parte fundamental del desarrollo y el aprendizaje, así como un medio ideal para la interacción social. La práctica deportiva es, en su naturaleza, un juego que fomenta la convivencia y el respeto por los demás.
2. Mejora la convivencia
La mayoría de los deportes no pueden existir sin algún tipo de trabajo en equipo, obligando a los alumnos a convivir con otros desde muy corta edad, lo que les inculca la idea de que para avanzar y superarse es necesaria la colaboración entre todos.
3. Forma en valores y virtudes
El deporte es sin duda una práctica en educación en valores. Mediante las diferentes disciplinas, se transmiten virtudes como lealtad, superación personal, convivencia, compañerismo, tolerancia y responsabilidad.
4. Disminuye el estrés
Practicar deportes actúa como una terapia efectiva para reducir el estrés, la depresión, la ansiedad, los trastornos del sueño, y otras dolencias a nivel mental y físico. Además posee un efecto ansiolítico que mejora los estados de irritabilidad y agresividad, mejorando el estado de ánimo.
5. Estimula el cerebro
Uno de los principales beneficios del deporte es que genera la segregación de dopamina, serontonina y norepinefrina, neurotransmisores asociados a una buena salud mental y a una sensación de felicidad y bienestar. Hacer ejercicio estimula la memoria y las funciones ejecutivas del lóbulo frontal, por lo que los niños que lo hacen con regularidad identifican más rápido los estímulos visuales y se concentran más que los niños pasivos. El cerebro de los niños necesita el movimiento para aprender y recordar mejor.
6. Eleva la autoestima
Los niños que obtienen logros deportivos o hacen ejercicio suelen tener la autoestima más elevada y sufrir menos ansiedad y depresión. También se encuentran con una forma saludable y constructiva de liberar sus frustraciones.
7. Incrementa la disciplina
El deporte puede ser un importante factor de crecimiento y desarrollo personal. Los jóvenes deportistas suelen ser más organizados, disciplinados y más propensos a cuidar su cuerpo y no caer en malos hábitos. Además, puede contribuir a que la persona lo elija como vocación y profesión.

 

sábado, 24 de octubre de 2015

Depresión afecta a estudiantes universitarios

 

Los problemas emocionales como la depresión han comenzado a aumentar la lista de causas que están llevando a los universitarios a desertar del sistema de educación superior del país.


Así lo asegura un reciente estudio de los investigadores de la Universidad de la Salle, que pretendía determinar las razones que llevarían a 15.000 universitarios encuestados al abandonar las actividades académicas.
Los autores se enfocaron en la importancia que tienen para los jóvenes los llamados ‘huecos’ o tiempo que transcurre entre clase y clase, y los espacios sociales como los grupos de estudio o la vida familiar.
Los investigadores establecieron que lo que pasa fuera de las aulas puede afectar a los universitarios tanto como lo que ocurra dentro de ellas. “Existen dos espacios en los que los estudiantes pasan su tiempo mientras están en la universidad: los salones de clases y la vida social”, afirma el estudio realizado a partir de la encuesta.
En el primer caso es fácil determinar cómo la necesidad de sacar buenas notas y el promedio puede afectar el desempeño educativo. Y en el segundo, se encontraron factores intangibles que si bien no se pueden cuantificar, sí están acarreándoles problemas a estos jóvenes.
La soledad, los duelos y la influencia positiva o negativa del círculo de amigos que el estudiante construya al ingresar a la institución son tres de esos factores intangibles, explica el grupo investigador.


Difíciles de detectar

La soledad, según el estudio, suele darse entre primíparos que encuentran dificultades para encajar en el contexto universitario tras no olvidar los fuertes lazos de amistad que dejaron en el bachillerato. Eso puede llevarlos al aislamiento social, afirman los investigadores.
También explican que muchos universitarios no están preparados para afrontar pérdidas que los golpean emocionalmente; por esa razón, no saben hacerles el duelo a relaciones amorosas o de amistad que se rompen, o al fallecimiento de familiares o seres cercanos.
Los investigadores encontraron, además, que en el contexto universitario hay poca movilidad de estudiantes entre diferentes círculos de personas, razón por la cual estos grupos, que tienden a ser muy cerrados, rara vez permiten el ingreso de un nuevo miembro.
El hermano Frank Ramos, vicerrector de promoción y desarrollo de La Salle y director del estudio, afirma que con frecuencia padres y profesores desconocen la trascendencia de los espacios sociales de los universitarios. “No solo el factor emocional presente en esos espacios es tenido en cuenta a la hora de estudiar la deserción, sino que representa uno de los más difíciles de detectar”, afirma.
Ramos reconoce que la mayoría de las universidades orientan a los estudiantes que pasan momentos académicos difíciles o de pago de sus estudios, pero advierte que no pasa lo mismo con aquellos que atraviesan por situaciones emocionales adversas, las cuales no son fáciles de comunicar y de detectar.
María Patricia Gómez, directora del programa de integración a la Universidad de la Sabana
, explica que el estado emocional del estudiante es fundamental a la hora de escoger la carrera y de ingresar a la educación superior.

“El impacto emocional que puede tener para un joven el darse cuenta de que lo que decidió estudiar no es lo que esperaba puede ser enorme y esto puede llevarlo, en el mejor de los casos, a cambiar de carrera y, en el peor, a aplazar sus estudios definitivamente”, advierte Gómez, quien recuerda la importancia de prestarles más atención a los problemas emocionales de los universitarios.

Acciones oportunas

Los expertos recuerdan que:

Los estudiantes tienen derecho a que la institución les brinde apoyo en caso de atravesar una situación emocional adversa. Pero los alumnos también deben buscar ese apoyo.
Los profesores deben estar pendientes de cualquier factor que pueda afectar los procesos educativos de sus estudiantes.
Los padres deben estar atentos a cualquier cambio inusual en el comportamiento de sus hijos.

‘No seguir los sueños ‘dormidos’ de los padres’

Claudia Rey, psicóloga clínica y orientadora profesional de la Universidad Javeriana
, aconseja que a la hora de decidir la carrera que van a estudiar, los jóvenes tengan en cuenta aspectos como los siguientes para no equivocarse:
  • No dejarse llevar por las carreras que, supuestamente, les van a dar más plata.
  • Deben recordar que lo que estudien quizás sea la actividad que van a desarrollar durante toda su vida, por lo que es imperativo que piensen seriamente sobre el grado de satisfacción que les dará en todos los ámbitos la profesión por escoger.
  • No intentar seguir los sueños ‘dormidos’ de sus padres. Muchas veces los progenitores guían a sus hijos hacia el camino que ellos no pudieron recorrer.
  • Por último, la experta recomienda a los jóvenes no apoyarse en proyectos que no son propios o que no nacieron de sus mentes.
  • Una motivación de los estudiantes es prolongar los negocios familiares; si bien esto no es del todo malo, sí los lleva a olvidarse de sus propias metas y dar por sentado que tendrán éxito en empresas que no tienen el futuro asegurado.

lunes, 5 de octubre de 2015

Día Mundial de la Salud Mental



Cada año, el 10 de octubre, la Organización Mundial de la Salud se une a la celebración del Día Mundial de la Salud Mental. El día se celebra por iniciativa de la Federación Mundial de Salud Mental y la OMS apoya esta iniciativa a través de la sensibilización sobre temas de salud mental.

El Día de la Salud Mental se celebra el próximo 10 de octubre. El tema de este año es “Viviendo con esquizofrenia”, cuyos síntomas son pasados por alto en adolescentes y adultos mayores. Aquí algunos hechos y cifras que preocupan:

·         450 millones de personas, por lo menos, sufren trastornos mentales en todo el mundo, asegura la Organización Mundial de la Salud (OMS).

·         26% de limeños ha sufrido un trastorno mental, informa el Instituto de Salud Mental Honorio Delgado-Hideyo Noguchi.

·         800 mil personas se suicidan cada año en todo el mundo, según la OMS. Los trastornos mentales son la principal causa.

·         18% de suicidas peruanos son niños y adolescentes. La mayoría no recibe un diagnóstico ni el tratamiento debido.

·         350 millones de personas sufren depresión, el trastorno mental más común en la actualidad. Solo cuatro de cada diez personas deprimidas reciben atención.

·         Las enfermedades crónicas, guerras y catástrofes naturales elevan los casos de trastornos mentales.

En todo el mundo hay unos 400 millones de personas que sufren trastornos mentales, neurológicos u otro tipo de problemas relacionados con el abuso de alcohol y drogas. Algunas de las enfermedades mentales más comunes son la esquizofrenia, Alzheimer, epilepsia, alcoholismo, entre otras.
Cuando hablamos de trastornos mentales, hacemos referencia al pensamiento humano y todas sus funciones, las cuales pueden desmoronarse, como un castillo de arena y verse afectadas por diferentes enfermedades que pueden aparecer en cualquier momento de la vida, desde que somos niños hasta la vejez. Es importante que sepamos que ninguno de nosotros es inmune a los trastornos mentales, no importa en qué país vivamos o si somos ricos o pobres.
En los países desarrollados, las personas con discapacidad mental, a pesar de que hoy en día cuentan con más apoyos y programas de rehabilitación para integrarlos a la vida social, luchan todo los días por salir adelante en medio de todo el rechazo al que se enfrentan. Por otra parte, en los países en desarrollo, la pobreza, el abandono y la marginación son los denominadores comunes que enmarcan las enfermedades mentales, y aunque cada vez hay más y mejores tratamientos para la enfermedad mental, en estos países se tiene poco acceso a este tipo de atención.
La Organización Mundial de la Salud, trabaja para lograr una mejora de la calidad de vida de las personas que tienen una enfermedad mental, así como de sus familiares y de todas las personas de su entorno. De igual manera, su objetivo es que la atención médica llegue cada día a más personas y que seamos conscientes que aquellos que padecen enfermedades mentales necesitan menos exclusión, menos discriminación y más ayuda para poder desarrollarse y vivir mejor.
Las cifras disponibles muestran que, en las Américas, la mayoría de los niños que necesitan atención de salud mental no reciben el tratamiento necesario. Desde una perspectiva financiera, está claro que el tratamiento temprano de niños y adolescentes puede reducir los costos de la atención en años posteriores así como también los costos sociales, por los comportamientos antisociales que pueden ser resultado del fracaso del tratamiento en la temprana.
Además, el suicidio en los jóvenes es un problema de salud mental generalizado y es la tercera causa de muerte entre los adolescentes en todo el mundo, según esta investigación. El abuso de sustancias en adolescentes también es un problema mundial. La Organización Panamericana de la Salud - OPS está trabajando con los países para elaborar programas especiales para niños y adolescentes. La elaboración de estrategias apropiadas que enfoquen a la salud mental de los niños, además del mejoramiento de los servicios especializados puede tener un impacto positivo muy fuerte. La OPS fue establecida en 1902 y es la organización de salud pública más antigua del mundo. Es la Oficina Regional para las Américas de la Organización Mundial de la Salud - OMS y trabaja con los países para mejorar la salud y elevar la calidad de vida de sus habitantes.